PROMOCIÓN
DE LA ACTIVIDAD SALINERA
COMO RECLAMO TURÍSTICO. Cristina
Barragán Méndez, Inmaculada Esther Gil Cabeza,
Job Gómez Peña y Virginia Gómez Rodríguez.
Con motivo del XXV Aniversario del Parque
Natural Bahía de Cádiz, se realizaron unas jornadas participativas en las que
se celebraron varias ponencias. En la primera mesa redonda del día 28 de
noviembre se abordó el tema relacionado con el deterioro que estaban sufriendo las
salinas ubicadas dentro del Parque Natural y la necesidad de promover actividades
en esta zona para mejorar su estado.
Una de las ideas que se
propuso fue la posible creación de una instalación destinada a fomentar la
cultura salinera de la Bahía de Cádiz, ya que es inverosímil la ausencia de
información sobre esta labor.
La producción salinera ha
sido la principal fuente económica desde la cultura fenicia gracias a las
condiciones idóneas que el Parque Natural presenta para la extracción de la
misma. Desde entonces, el paisaje se ha ido moldeando a esta actividad,
aprovechando las marismas y los caños
que estas tienen para así transportar el agua marina por los diferentes caminos
para su evaporación.
Hasta 1928 la producción
de sal se mantenía. Sin embargo, la principal actividad que demandaba sal (la
salazón), comenzó a decaer. Además, con la construcción del primer buque frigorífico en 1876 y la roturación de
salinas competitivas en Brasil y Argentina
que causó una bajada en los precios de la sal, provocó que en 1935 ya
existiera una crisis salinera definitiva.
Las salinas han pasado
de ser una industria que aportaban actividad económica y empleo a ser
testimonial, por lo que ha perdido fuerza y el Parque Natural debe impulsar
dichas salinas de otra manera. La idea de recuperar las salinas se dirige a
empresas ya existentes y a nuevos emprendedores. Esta iniciativa busca
rentabilizar la producción de sal y captar nuevos inversores que permitan
asentar actividades como el turismo.Las salinas siempre han tenido un único
enfoque económico, por medio de la extracción de sal para su posterior venta.
Sin embargo, existen otras maneras para innovar este servicio de
abastecimiento, entre las que destacan el turismo como se ha mencionado
anteriormente, en el que además de aportar beneficios económicos a los
ciudadanos de los municipios colindantes contribuyen a generar información
ambiental sobre cómo estos hábitats antropizados a ayudan a multitud de especies que habitan en
ella como zona de nidificación y dormidero.
Por estos motivos no
podemos dejar que se especule con estos lugares, para convertirlos en
urbanizaciones, zonas recreativas o de ocios, o campos de golf como a sucedido
en varias provincias.
Un planteamiento sobre
cómo se puede fomentar las salinas consta de la creación de museos de la sal.
En España
existen varios de estos establecimientos localizados en Chiclana de la Frontera , Torrevieja,
Fuerteventura y Leintz-Gatzaga entre otras. También existen otros establecimientos
destinados a la información sobre la actividad salinera situados en el
extranjero, tales como en China y México.
Uno de los motivos de
potenciar el turismo y la actividad económica enfocándola al aporte de
información sobre la sal se debe a la gran cantidad de salinas transformadas
que hay en el Parque Natural, ya que en el siglo XIX había 152 salinas y de las
cuales la mayoría, actualmente, están
abandonas o transformadas para la acuicultura. Además, el Parque Natural se
sitúan en Andalucía que es la quinta comunidad de España
de producción de sal (6,61% en 2012) y a su vez, en el
quinto país de la Unión Europea con mayor producción
de esta materia prima.
Por ello, creemos que es
interesante la creación de un museo de la sal en el Parque Natural de la Bahía de Cádiz, en el que se
muestren las instalaciones así como las herramientas utilizadas en su producción.

Me parece muy interesante el tema que habéis tratado, aunque mi opinión al respecto es que pese a la gran importancia que han presentado las salinas en la historia de la Bahía de Cádiz, la clave creo que no se encuentra realmente en crear ese museo tal y como comentáis, al menos a corto plazo. Digo esto porque actualmente ya existen pequeños centros, o salas dentro de centros, dedicados a la cultura salinera tales como el centro de visitantes del Parque Natural Bahía de Cádiz (que presenta varias salas y exposiciones dedicadas a divulgar la importancia que la sal ha tenido para el entorno de la Bahía), o la existente en el Centro de Recursos Ambientales Salinas de Chiclana (situado en dicho municipio) donde hay una sala dedicada en exclusiva a tratar el tema de las salinas. Por no mencionar los programas de voluntariado y actividades de ocio que se llevan desarrollando durante años en la Salina La Esperanza y en salinas privadas tradicionales de Chiclana de la Frontera respectivamente.
ResponderEliminarPor ello creo que la solución al problema que comentáis en vuestra entrada al blog debería de enfocarse, al menos a corto plazo, en dar a conocer a la ciudadanía, con especial énfasis a los más jóvenes, la existencia de dichas instalaciones y programas ya presentes en su entorno (por medio de campañas publicitarias en medios de comunicación locales, excursiones de colegios e institutos, etc) y no tanto la creación de nuevas instalaciones. De este modo, se concienciaría poco a poco a las poblaciones del ámbito de la Bahía de la importancia que antaño la sal tuvo en la región y del potencial que presenta este mineral para el futuro de la zona. Generándose así una demanda y una necesidad cultural que ya sí podría ser cubierta con la creación de un centro de interpretación de la sal, ecomuseo salinero, etc. de forma análoga a los existentes no ya solo a lo largo de la geografía española sino en países vecinos como Portugal o Francia.